por Belén | Ene 12, 2015 | Niños
Los celos son un estado afectivo complejo y perturbador caracterizado por el miedo a perder o ver reducidos el cariño y la atención de alguien querido que se considera como propio. Es el temor de que la persona amada prefiera a otra o nos reste atención en favor de ella, que suele ir acompañado de envidia y resentimiento a quién se percibe como rival. Los celos infantiles son frecuentes en las familias, suelen manifestarse ante situaciones nuevas en la vida del niño, cuando se producen cambios en su vida a los que no sabe como adaptarse. Esta situación puede manifestarse por celos entre hermanos, ante una nueva pareja de uno de los progenitores, o cualquier otra situación mantenida en la que el niño se sienta menos correspondido emocionalmente e intervengan otras personas. Los celos en la infancia generalmente son provocados por la llegada a casa de un nuevo hermanito, el niño cree que ya no es tan querido por sus padres o no se siente tan atendido por ellos, ni con la frecuencia que desea. El niño celoso ante esta nueva situación reacciona con estrés, ansiedad, desasosiego, frustración, rabia, angustia y viviéndola como un problema para él, que solo desaparece cuando consigue la atención deseada. Estará dispuesto a hacer cualquier cosa incluso desarrollar conductas conflictivas para llamar la atención de sus padres, pues preferirá sus regaños a que no le presten atención y esto puede provocar gran malestar y un deterioro en las relaciones familiares agravando más el problema. El niño reclama seguir teniendo la misma atención que se le concedía antes pero al cambiar las circunstancias los padres...
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