por Maria Dolores | Ene 25, 2016 | Adolescentes, Niños
El miedo infantil es algo natural en los niños, cumple una función de protección y depende del carácter de cada uno de ellos. Hay niños que son más impresionables que otros pero lo normal es que puedan superar sus temores de forma natural con el cariño y apoyo de sus padres. Los padres miedosos o con trastornos de ansiedad pueden influenciar a sus hijos ocasionandoles temor, al percibir los hijos la reacción emocional de sus cuidadores, también a traves de las informaciones verbales podemos generar temor en nuestros hijos. Los padres deben tener especial cuidado con su actitud cuando los niños manifiesten estos temores, pues tanto la sobreprotección como hacerles sentir culpables diciéndoles que son miedosos, cobardes, comparándoles con otros niños, etc., perjudicarán al niño, pudiendo ocasionar que se agrave la situación en lugar de ayudarles a superarla. Lo más prudente en estos casos es actuar con naturalidad ante su miedo no dándole importancia y ayudar al niño a que afronte la situación que teme, proporcionándole apoyo, premiándo sus actos de valentía con muestras de cariño y afecto, animándole para incentivarle a superar la situación, etc. Algunos miedos suelen ser comunes a la gran mayoría de los niños y aparecen en función de la edad, miedo a serararse de sus padres, a la oscuridad, a algunos animales, a los ruidos fuertes, a la escuela, a las tormentas, miedos imaginarios, etc., pero pueden existir otros miedos relacionados con sus propias vivencias o con la educación que hayan recibido. Si los miedos perduran más allá de lo razonable debemos procurar ayudar al niño a superarlos, sobretodo si el niño manifiesta malestar...
por Belén | Ene 14, 2015 | Adultos
Durante toda la vida afrontamos situaciones que en muchas ocasiones nos resultan problemáticas, entre otras muchas que se pueden dar pondremos unos ejemplos de las más importantes, enfermedad propia o ajena, muerte o traición de un ser querido, problemas al relacionarnos con las personas de nuestro entorno, problemas laborales, etc. Todos intentamos resolver estos conflictos de la mejor manera posible y recurrimos a todos los conocimientos y estrategias que en ocasiones anteriores nos han dado resultado a la hora de resolver alguna situación, aunque en poco, algo similar. Pero a veces sucede que ninguna de esas estrategias nos resulta lo suficientemente útil o la situación es tan novedosa que no tenemos en nuestro repertorio ninguna solución que nos resulte válida o que consideremos adecuada para resolver el problema. El resultado de lo anterior es que el conflicto persiste a lo largo del tiempo dando lugar a que cada vez nos sintamos peor a nivel anímico y personal, llegando incluso a provocar síntomas físicos de gran relevancia. Hay situaciones que no podemos cambiar, por ejemplo la muerte de un ser querido, pero si hay múltiples posibilidades de afrontarlas y será en función de esto, el que consigamos o no superar el problema y seguir viviendo en unas condiciones de vida más que óptimas. La función del psicólogo es precisamente la de hacer ver a la persona todos aquellos recursos que posee y que debido a que se siente sumergido en el problema no es capaz de ver o reconocer posibles soluciones y luego ayudar y facilitar el que los utilice y los lleve a cabo de la manera más óptima...
por Belén | Ene 14, 2015 | Niños
Las Pesadillas y los Terrores Nocturnos son alteraciones del sueño donde se dan acontecimientos anormales pero frecuentes en la infancia que se incluyen dentro de los Trastornos del Sueño. Hay que diferenciar las pesadillas infantiles de los terrores nocturnos. Las pesadillas son sueños que se producen con más frecuencia en la segunda mitad del sueño nocturno, el niño generalmente se despierta con sensación de ansiedad, miedo o terror, recordando el contenido del sueño. Cuando los niños que sufren pesadillas son más mayores es conveniente hablar de lo sucedido con calma al día siguiente y observar su comportamiento para intentar averiguar si existiera alguna causa o motivo de preocupación para él. Los padres deben acudir al dormitorio cuando el niño sufre una pesadilla, tranquilizarlo, abrazarlo, acariciarlo, hablárle con voz suave y actitud tranquila, escuchárlo pero sin ahondar en los detalles, explicarle que era un sueño y que ya ha pasado todo, que todo está bien y procurar que vuelva a dormirse cuanto antes. Las pesadillas cuando son muy frecuentes pueden ir asociadas a un alto nivel de inseguridad por motivos, escolares, familiares, enfermedad (hospitalización), separación de la madre, etc. Los Terrores Nocturnos se caracterizan por un brusco despertar que se produce en la tercera fase del sueño nocturno acompañado de gritos, llantos, síntomas de miedo intenso y ansiedad, el niño puede incorporarse de la cama pero resulta difícil despertarle y no suele recordar el episodio. Los Terrores Nocturnos con algo menos frecuentes que las pesadillas y desaparecen en la adolescencia. Son factores de riesgo para que aparezcan estos episodios: el estrés, factores géneticos, la fátiga y la tensión emocional, episodios...
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