Pesadillas y terrores nocturnos

Las Pesadillas y los Terrores Nocturnos son alteraciones del sueño donde se dan acontecimientos anormales pero frecuentes en la infancia que se incluyen dentro de los Trastornos del Sueño. Hay que diferenciar las pesadillas infantiles de los terrores nocturnos. Las pesadillas son sueños que se producen con más frecuencia en la segunda mitad del sueño nocturno, el niño generalmente se despierta con sensación de ansiedad, miedo o terror, recordando el contenido del sueño. Cuando los niños que sufren pesadillas son más mayores es conveniente hablar de lo sucedido con calma al día siguiente y observar su comportamiento para intentar averiguar si existiera alguna causa o motivo de preocupación para él. Los padres deben acudir al dormitorio cuando el niño sufre una pesadilla, tranquilizarlo, abrazarlo, acariciarlo, hablárle con voz suave y actitud tranquila, escuchárlo pero sin ahondar en los detalles, explicarle que era un sueño y que ya ha pasado todo, que todo está bien y procurar que vuelva a dormirse cuanto antes. Las pesadillas cuando son muy frecuentes pueden ir asociadas a un alto nivel de inseguridad por motivos, escolares, familiares, enfermedad (hospitalización), separación de la madre, etc. Los Terrores Nocturnos se caracterizan por un brusco despertar que se produce en la tercera fase del sueño nocturno acompañado de gritos, llantos, síntomas de miedo intenso y ansiedad, el niño puede incorporarse de la cama pero resulta difícil despertarle y no suele recordar el episodio. Los Terrores Nocturnos con algo menos frecuentes que las pesadillas y desaparecen en la adolescencia. Son factores de riesgo para que aparezcan estos episodios: el estrés, factores géneticos, la fátiga y la tensión emocional, episodios...

Mejora tu autoestima

La autoestima es un conjunto de creencias, percepciones, pensamientos, sentimientos, evaluaciones y tendencias que tenemos acerca de nosotros mismos. Es nuestra percepción evaluativa sobre nosotros mismos. La importancia de la autoestima es que concierne a nuestro ser, a nuestra manera de comportarnos y al sentido de nuestra valía personal. Una baja autoestima implica que nuestra manera de vernos, el respeto, la confianza, la pericia, y la estimación que sentimos por nosotros mismos es insuficiente, nos falta reconocimiento, aceptación y esto afectará a nuestra manera de estar, actuar y de relacionarnos con los demás, debido a que la autoestima comprende dos procesos sociopsicológicos distintos, la autovaloración y la autoevaluación. La autoestima está relacionada con la necesidad humana de aprecio, tanto el personal que uno se tiene a sí mismo, como el aprecio que percibimos y recibimos de otras personas. En la Psicología humanista, Carl Rogers su máximo exponente decía que la raíz de los problemas de muchas personas es que se desprecian y se consideran seres sin valor e indignos de ser amados. Una persona con baja autoestima se manifestará insegura, incapaz y conflictiva. Al no sentirse satisfecha consigo misma se inclinará siempre por el derrotismo y negativismo en todo lo que emprenda, si fomentamos la mediocridad, el fracaso y la dependencia, tendremos adultos con sentimientos de inferioridad, baja resistencia a la frustración, incapaces y poso exitosos. Tener una baja autoestima impide nuestro crecimiento psicológico, disminuyendo nuestra resistencia frente a las adversidades de la vida, es muy importante la autoaceptación para poder superar los pensamientos, sentimientos y conductas inapropiadas o erróneas que adoptamos. Hay dos aspectos importantísimos e interrelacionados en...

Los hijos ante el divorcio

El divorcio es una situación traumatica y una experiencia muy difícil y dolorosa para quien lo vive. Los hijos son sensibles a esta situación y ante la separación o el divorcio de los padres pueden sentirse muy mal y estar muy afectados, la idea de separación de uno de ellos y el dolor que perciben de ambos. Esta situación puede dar lugar a que se resienta su salud, causarles un gran sufrimiento, miedo, confusión, hacer que se sientan culpables, etc. Los padres tienen que asumir la responsabilidad de que el divorcio afecta a sus hijos y procurar ayudarles para evitar un mayor sufrimiento. Les ayudará el que hablen mucho con ellos, explicándoles la situación, dándoles muchas muestras de cariño y apoyo ante la nueva situación, asegurándoles que nada va a cambiar en su relación con ellos. Como afrontar la situación de divorcio para ayudar a los niños: -Es necesario dedicarles un tiempo porque os necesitan y solo vosotros podéis ayudarles. Procurad que ese tiempo sea de calidad compartiendo con ellos cosas que les gustan y les hagan disfrutar. -Expresarles cariño y apoyo, con palabras, con gestos cariñosos, dedicarles un tiempo en exclusiva, demostrarles el amor que sentimos por ellos y que ahora lo necesitan más que nunca. -Hablar de la situación de manera clara, honesta y adecuada para su edad. Haced que comprendan que ellos no tienen la culpa, que es lo mejor para todos incluso para ellos, que el dolor pasará y la situación mejorará. -Observad a los hijos, posibles cambios en su conducta o en su respuesta emocional y si necesitan ayuda hay que proporcionársela. Si los...
Ansiedad

Ansiedad

El trastorno de ansiedad generalizada es una respuesta emocional que se manifiesta en la persona con preocupación, tensión frecuente o constante y miedo. Tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia que conlleva preocupaciones continuas y exageradas, sobre las cosas de la vida cotidiana. La ansiedad activa y sobre estimula el sistema nervioso simpático que está asociado con la psicopercepción de un estímulo de carácter no neutro y desde el punto de vista psicológico nos prepara para la acción, aun siendo consciente de que esta actitud es más acusada de lo necesario tiene dificultad para controlarlo. La persona que padece de ansiedad están continuamente alerta y no tienen capacidad para relajarse, teme que les ocurra algo grave a alguno de sus familiares, o tener problemas económicos o tragedias familiares, por eso tiene comportamientos exagerados de control hacia sus seres queridos. La ansiedad es más frecuente en hombres que en mujeres, especialmente de mediana edad en adelante. Los síntomas de ansiedad son: cansancio, insomnio, fatiga, rigidez muscular, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse, temblor, inquietud, irritabilidad, problemas estomacales, nauseas o diarrea, incapacidad de decidir, se sobresaltan con mucha facilidad, pasan mucho tiempo pensando negativamente y le dan mucha importancia a las cosas, a los problemas reales o imaginados. Si esta actitud se mantiene en el tiempo dañará la salud física de la persona. El trastorno de ansiedad suele constar de una combinación de terapia cognitiva conductista (TCC) y medicamentos si es muy acusada. Las terapias cognitiva conductista ayudarán a la persona a entender comportamientos, le enseñará como controlarlos y a llevar un estilo de vida saludable que incluya ejercicio,...